Todos sabemos que Madrid es la capital de España, pero ¿cuál es el motivo? ¿se trata simplemente de que está en el centro de la Península o hay algo más?
Esto es lo que vamos a tratar de averiguar aquí para hacerlo nos vamos a apoyar en un estudio realizado en 2022 por tres autores.
Hasta el siglo XV la corte era itinerante siguiendo la tradición carolingia y la forma habitual de gobernar los reinos de Europa.
El rey se esforzaba por estar presente en todos sus territorios para tener cierto control y se trasladaba no solo con su familia sino también con toda la corte formada por nobles soldados sirvientes funcionarios y un creciente archivo de documentos. Los costos de cada traslado solían ser pagados por las ciudades donde se establecía la corte, siendo una carga financiera considerable si la estancia era prolongada. Este sistema se volvió más ineficiente y costoso a medida que crecía el aparato burocrático de los estados modernos.
Todo esto cambia en España el 8 de mayo de 1561 cuando el rey Felipe II decide establecer la corte de forma permanente en Madrid.
Esta decisión cambió para siempre la historia de la ciudad que en ese momento era solamente una ciudad más del reino.
Madrid tenía argumentos a su favor: Tiene una posición central en la Península ibérica y en el reino de Castilla esa circunstancia ya había provocado que se convocaran numerosas cortes en la ciudad antes de su elección como capital.
Sin embargo, la decisión del Rey Felipe II fue bastante controvertida ya que los nobles no consideraban que convertir a Madrid en capital fuera buena idea. ¿Fue una buena idea elegir a Madrid como capital de España?
Lo primero que hemos de pensar es si la capital del imperio español tendría que estar en España. Evidentemente el origen del imperio es España, sin embargo eso no significa que la capital tuviera que estar necesariamente allí. De hecho una de las características del Imperio español es que no existía una metrópoli y colonias: Los diversos territorios que formaban la monarquía se consideraban unidades independientes al mismo nivel por tanto es lógico que todas merecieron un idéntico grado de consideración.
Sin embargo Felipe II sí tenía claro que España había de ser la sede de la monarquía. Así el historiador Zarco Cuevas dice que Felipe II le dijo a su sucesor:
Vos, rey de España, debéis residir en España porque aunque Italia antigua sede y madre del imperio situada entre dos mares vecina de África y no muy lejos de Grecia y otros países turcos y casi a medio camino entre ellos España hace frontera con Francia y Alemania, será de vuestra mayor conveniencia residir en España donde contigo presidirá el conjunto porque te servirá de Puente y paso para toda la monarquía. Ningún otro país está más acostumbrado a ver y tener presente a su Rey sin el cual está perdido y para la navegación de Indias y para contener a Inglaterra no hay mejor lugar que este.
Curiosamente en esa cita Felipe segundo no habla de Madrid, solo habla de España, lo cual parece demostrar que para él la ciudad no era tan importante como establecer la capital en España.
España estaba en medio de las posesiones españolas en América y de las posesiones en Europa y norte de África y siendo el lugar de nacimiento del imperio. Por todo ello, la elección de España como sed de la monarquía era prácticamente Inevitable. Además hay que tener en cuenta que en 1561 Felipe II todavía no se había convertido en rey de Portugal, con lo que la elección de Lisboa como capital del imperio siguiendo el consejo del cardenal Granvel para controlar mejor el Océano Atlántico no podía darse.
Pero ¿por qué establecer la capital en Madrid y no en Valladolid Toledo Sevilla o Barcelona?
Vamos a ver en principio las ventajas de Madrid :
Ventajas de Madrid para ser capital
Ventajas de Madrid para ser capital
Ventajas de Madrid para ser capital
Equilibrio de poder. Los historiadores hablan de que Madrid era una elección que no rompía el equilibrio de poder entre las dos principales ciudades castellanas Valladolid y Toledo. Con el primado español residiendo en Toledo y la cancillería ubicada en Valladolid el que Madrid fuera la corte evitaría el desequilibrio de poder entre Valladolid y Toledo.
No presencia de la iglesia ni nobleza. Ni la iglesia ni la nobleza gozaban de una presencia importante en Madrid, lo que facilitaría el desarrollo de una nueva administración bajo supervisión exclusivamente real.
Además tras la revuelta de los comuneros la expropiación de castierra significaba que el rey tenía a su disposición una gran cantidad de tierras en Madrid y la ciudad además tenía un considerable cuerpo de funcionarios.
Posibilidad de Urbanización A diferencia de Toledo situado en una colina rodeada totalmente por el Tajo y con calles estrechas que impedían el movimiento en carruaje, Madrid podía ser modelada y urbanizada a gusto de Felipe I usando las ideas arquitectónicas y urbanísticas que había adquirido durante su viaje de 3 años en 1548 para conocer sus futuros territorios europeos particularmente en los Países Bajos. Es razonable pensar que también veía la ubicación de la capital en Toledo con un obstáculo para realizar los planes que estas ideas le habían inspirado por ser Toledo ya una ciudad muy configurada urbanísticamente y difícil de modificar.
Calidad del aire . La salud fue un factor esencial en la recomendación de Carlos primero para que su hijo se estableciera en Madrid, por la calidad del aire debida a la cercanía de las montañas. En aquella época las epidemias mataban a mucha gente. Por ejemplo la peste que azotó Barcelona en 1589 produjo más de 10.000 muertes lo que resultó en la desaparición de una cuarta parte de la población total. Toda la población pero Especialmente los estratos sociales más acomodados era sensible a este tema de salud por lo que no es sorprendente que la elección de la capital estuviera influida por ello. Las plagas frecuentes causaban que las autoridades al igual que el resto de habitantes abandonaran las ciudades para evitar el contagio.
En este gráfico se muestra las ciudades más afectadas por las epidemias entre 1501 y 1560 se puede observar como las ciudades más propensas al brote de enfermedades eran aquellas de la costa mediterránea y Andalucía.
Así la ventaja de la comunicación a larga distancia que ofrecían las ciudades portuarias se veía compensada por la facilidad con la que las epidemias podían propagarse a ellas.
También se dice que la Reina Isabel de Valois sentía una especial predilección por Madrid y un fuerte desprecio por el clima de Toledo.
Castilla se consideraba menos expuesta a epidemias y se creía que Madrid en particular tenía un aire especialmente saludable.
La calidad del agua. Madrid también tenía una ventaja sobre Valladolid y Toledo debido a la dificultad que tenían estas en proporcionar agua potable de buena calidad. Había problemas con la calidad del agua en Valladolid, y Toledo era aún más problemática en términos de suministro de agua debido a su altitud y su dependencia del río Tajo. El consumo de agua potable dependía de cisternas que recogían ya sea agua de lluvia o suministros de manantiales relativamente distantes. Para otros fines que no fueran beber, el agua tenía que ser subida por la empinada cuesta desde el río por aguadores y máquinas. Solo en el caso de Madrid había un suministro abundante y accesible de agua potable de buena calidad.
Hay que tener en cuenta además que el agua de los ríos no era en muchas ocasiones la más adecuada para el consumo humano, teniendo en cuenta que la manera de deshacerse de los residuos era muy deficiente en las ciudades y estos residuos iban a los ríos. Ya desde la época romana se prefiere el agua de las montañas y por eso se construyen numerosos acueductos.
Además Madrid tenía una ventaja en defensa. Aunque el Imperio español era la principal potencia militar durante el siglo XV no estaba libre de ataques en sus fronteras más cercanas, lo que significa que la defensa de la una capital era un factor crucial.
Los pueblos de la costa mediterránea fueron escenario de continuas incursiones bereberes hasta la batalla de Lepanto en 1571. También eran vulnerables al ataque otomano. La frecuencia de los ataques corsarios motivó a Felipe II a exponer la necesidad de fortificar la costa ante las Cortes aragonesas en Monzón. Esos ataques no solo se limitaban a la costa sino que alcanzaban hasta 50 km tierra dentro aprovechando la limitada navegabilidad de los ríos Ebro Júcar y Segura.
La costa norte tampoco estaba libre de riesgos, como demostraría después en 1589 la expedición Drake Norreys o Armada Inglesa que tuvo como objetivo aprovechar el fracaso de la armada española el año anterior, para atacar los puertos cantábricos y destruir lo que quedaba de ella. Querían tomar Lisboa entonces a unida a España, coronar a Antonio de Crato como rey de Portugal y establecer una base permanente en el Atlántico, conquistando las Azores y facilitando con ello los ataques británicos a los convoyes de las Américas.
Durante la segunda mitad del siglo XV, los propietarios de la Rochelle hostigaron las costas de Asturias y Vizcaya en el contexto de Las Guerras religiosas saqueando pueblos y capturando barcos mercantes incluso después de la paz de Vervins en 1598. La frontera con Francia también en un área sensible incluso la firma de la paz de Cateau-Cambrésis (3 de abril de 1559) no disminuyó la tensión entre los dos reinos como lo demuestra la estrategia de fortificación de la frontera durante la segunda mitad del siglo XV.
En el sur la defensa de la costa tampoco estaba asegurada. Cádiz por ejemplo sería tomada y saqueada por las tropas inglesas en 1596. Respecto a Sevilla, aunque por no estar en la costa era más fácil de defender, la navegabilidad del Guadalquivir podía convertirse potencialmente en un problema defensivo permitiendo el desembarco de de tropas enemigas aguas arriba como había ocurrido en 848 y en el 859 después de Cristo, aunque la artillería disponible en el siglo XV casi eliminó este peligro.
Andalucía también sufría la desventaja de la tensa situación con los moriscos como demostraron las rebeliones de las alpujarras entre 1568 y 1571, que fueron una causa significativa de preocupación para Felipe II.
Todas las capitales marítimas de Europa están en estuarios fácilmente defendibles. La situación de Barcelona y Valencia era bastante diferente. Los problemas defensivos de Barcelona se evidencian por las más de 15 veces que ha sido asediada y atacada desde el mar. La defensa de Valencia no era mucho mejor. Aunque Valencia estaba situada varios kilómetros tierra dentro en ese momento sus amplias playas facilitaban desembarcos fáciles haciéndola vulnerable. Los puertos más seguros ,Santander y Cartagena, no se consideraban como posibles capitales debido a sus dificultades del transporte por tierra.
Todo esto sugiere que desde un punto de vista defensivo las ubicaciones en el interior de Castilla como Valladolid Toledo o Madrid serían consideradas más convenientes en comparación con áreas costeras como Barcelona o Valencia. Según Fernández Álvarez solo había una tierra segura por excelencia la meseta castellana que era comparable a un impresionante castillo rodeado por altas montañas, circunstancia que debe de haberse considerado a la hora de decidirse por Felipe II.
Pero Madrid aparte de estas ventajas tenía ciertas desventajas
Desventajas de Madrid para ser capital
Para empezar el tamaño. Madrid no era la ciudad más grande de la época. Con unos 13000 habitantes, Madrid estaba muy por detrás de Sevilla Málaga o Valencia que superaban en todos esos casos los 40.000 habitantes, siendo la décima ciudad de la época por población.
Madrid está lejos del mar y de un río navegable. Gómez Mendoza señala que excepto Madrid todas las capitales de la Unión Europea están ubicadas a corta distancia del mar o en las orillas de grandes ríos navegables.
La escasez en los alrededores de minerales. vegetación y combustible se citan además como desventajas de Madrid.
Los historiadores dicen que la red viaria española no tenía el carácter actual de que todos los caminos pasen por Madrid lo que se ha llamado una configuración radial así dice Madrazo que no era necesario pasar por Madrid para ir de Burgos a Granada, de Oviedo a Sevilla, de Cartagena a Santiago de Compostela o de Huelva a Gerona. Tampoco era necesario para ir de Toledo a Valladolid, una ruta que se podía realizar casi en línea recta a través de Segovia o Ávila. Lo mismo se puede decir para las rutas horizontales.
Uriola afirmó que la red se caracterizaba por itinerarios este-oeste que discurrían por los valles de los grandes ríos, los itinerarios norte a sur vinculados a estos y algunos los diagonales conectados con las rutas anteriores.
Consideración de la adecuación de Madrid en función del tráfico
Precisamente el objetivo del estudio del 2022 mencionado es el determinar si tenía sentido económico la elección de Madrid y para eso van a discutir dos cuestiones primero la importancia del tráfico marítimo y del tráfico fluvial y segundo la configuración del mapa de carreteras en ese momento.
Para empezar dicen que la importancia del tráfico marítimo no era tan grande. Los autores dicen que el tráfico marítimo era mucho menos frecuente que el terrestre.
En la mercancía más frecuente que son los alimentos, una ciudad interior tiene la ventaja frente a casi todas las ciudades marítimas de tener una zona trasera de fácil acceso más amplia. Por tanto las ventajas logísticas más significativas son para las ciudades con ríos navegables pero que están ubicadas no muy lejos de la costa como Sevilla Hamburgo o Londres.
En mercancías de lujo que se importaban de más lejos el coste añadido por el transporte no era tan importante porque eran mercancías ya muy caras de por sí.
En la Europa del siglo XV el transporte terrestre mostraba ventaja significativa sobre el transporte marítimo y así se ha comprobado que canalizaba por ejemplo la mayor parte del tráfico entre Italia y los Países Bajos.
Otra demostración de la escasa importancia del tráfico marítimo es el escaso número de barcos que llegaban al puerto de Valencia. Según datos del peaje del mar eran unos 400 o 450 por año apenas un o dos al día y generalmente barcos diminutos. Si observamos el tráfico desde Barcelona, el origen más importante del tráfico de cabotaje de media distancia, solo llegaban en promedio unos nueve barcos por año es decir menos de una vez al mes.
En cuanto al tráfico fluvial, aunque los grandes ríos son excelentes canales de comunicación también son importantes obstáculos. Favorecen el transporte cuando los itinerarios son paralelos a su curso pero lo dificultan o o impiden cuando se ejecutan perpendicularmente. Esto significa que los beneficios generados por el transporte fluvial no se distribuyen ampliamente a través del territorio, si los ríos o canales no están integrados en una red.
Las ventajas del transporte fluvial sobre el terrestre salen a reducir cuando las trayectorias son paralelas, sin embargo esto no es usual y la existencia de meandros o la orientación inadecuada del caudal respecto al destino previsto pueden reducir significativamente estas ventajas. Así por ejemplo la longitud del rio Ebro es de 930 km pero la distancia equivalente por tierra es de 602 km. En la Península ibérica hay pocos ríos navegables. A diferencia de otras áreas de Europa, solo Sevilla disfrutaba de la navegabilidad natural de cierta profundidad. Sin embargo las ventajas de este puerto fluvial estaban limitadas, debido a una ausencia de red de tributarios fluviales para la distribución y una mala comunicación por carretera con el resto de la Península. El que ha tenido la desgracia de ir desde Sevilla por ejemplo hasta Madrid en épocas antiguas antes de la construcción de los túneles actuales recuerda la dificultad de pasar por el puerto de despeñaperros que comunica Andalucía con la meseta central.
Al seleccionar la capital, las de ventajas de las ciudades que no tenían un puerto fluvial podían compensarse si era factible conectarlas mediante canales. En la Edad Moderna temprana la construcción de canales para navegación y riego no era inusual. En España desde 1524 hasta 1681 se llevaron a cabo varios estudios para evaluar las posibilidades de navegar por los ríos Guadalquivir Pisuerga y Tajo. No salió de ello nada muy significativo, pero con el canal de Castilla y en menor medida con el canal Imperial de Aragón se podía especular que en el momento de la decisión sobre la capital de España, Felipe II habría considerado a Madrid Valladolid y Toledo como potencialmente navegables. Esta idea no es tan descabellada cuando pensamos que el proyecto todavía se consideraba viable a principios del siglo XIX, casi tres siglos después. Esto solo cambió cuando la llegada del ferrocarril finalmente eclipso al Canal como medio de transporte económico.
Otra cuestión es la de las carreteras. Los historiadores suelen considerar que la posición de Madrid no era tan favorable anteriormente a ser elegida la capital. Sin embargo los autores del estudio creen que hay ciertos errores que se han cometido a la hora de crear el mapa de transportes de la época.
Para evitar estos errores presentan dos mapas. El primero es la reconstrucción de cómo era realmente el mapa de transportes de carreteras de España al final del siglo XVI, distinguiendo las carreteras principales en rojo, las carreteras primarias en verde y las carreteras secundarias en azul.
La mejor opción siguiendo el mapa real de la época era Madrid seguido por Valladolid ,Córdoba y Toledo. Murcia tiene una posición relativamente buena pero ese no es el caso para Barcelona.
Pero obviamente en esa época no manejaban un conocimiento tan exhaustivo de los mapas. Así que los autores del estudio han creado también un mapa de cómo se creía en la época de Felipe I que era la red de transportes. Los resultados basados en este mapa mostraron que la ciudad que mejor cumplía los requisitos para ser capital era Madrid, seguida de cerca por Murcia, Barcelona y Valladolid.
La conclusión del estudio
Los autores del estudio concluyen que la decisión de hacer a Madrid capital de España fue razonable e incluso positiva .
Su posición ventajosa en la red de caminos que surgió en el siglo XV tras la integración de los diversos reinos peninsulares compensó en gran medida las desventajas derivadas de no tener comunicaciones por barco.
Además su posición central favoreció la expansión del comercio y el desarrollo de una estructura nacional más sólida.
Por todas estas razones la elección de Madrid no puede considerarse Un capricho de Felipe II ya que tenía sólidos fundamentos económicos.
¿Cuál es tu opinión? ¿Consideras que Madrid es una buena elección para ser capital de España o consideras que fue un error?
PLoS One. 2022; 17(6): e0269419.
Published online 2022 Jun 15. doi: 10.1371/journal.pone.0269419
PMCID: PMC9200313
PMID: 35704607
The choice of Madrid as the capital of Spain by Philip II in the light of the knowledge of his time: A transport network perspective
Federico Pablo-Martí, Data curation, Formal analysis, Funding acquisition, Investigation, Methodology, Software, Validation, Writing – original draft, 1 , 2 , ¤ * Ángel Alañón-Pardo, Data curation, Methodology, Writing – review & editing, 3 , 4 and Rafael Myro, Conceptualization, Methodology, Supervision, Writing – review & editing 3
Hironori Kato, Editor