¿Sabías que los antiguos romanos fueron pioneros en el uso del hormigón? ¿Y que crearon un hormigón que solo ha sido superado recientemente?
Descubre con nosotros el hormigon romano.
Los romanos desarrollaron un tipo especial de hormigón llamado "opus caementicium", que se fabricaba mezclando cenizas volcánicas, cal y agua, junto con trozos de roca y escombros.
Este material era increíblemente resistente y duradero, lo que permitió a los romanos construir impresionantes estructuras como el Panteón, el Coliseo y los acueductos.
El secreto de la resistencia del hormigón romano era el uso de ceniza volcánica llamada "puzolana", que provocaba una reacción química con la cal, creando una fuerte unión que evitaba el agrietamiento.
La durabilidad del hormigón romano queda patente en el hecho de que muchas estructuras antiguas siguen en pie, miles de años después de su construcción.
El hormigón moderno se ha desarrollado recientemente para imitar la resistencia y longevidad de su homólogo romano.