Quizá no conozcas su nombre, pero es uno de los guerreros más fieros de la antigüedad.
Nació como hijo bastardo del jefe de una tribu germánica relativamente sin importancia, probablemente cerca del Lago Balatón en la actual Hungría alrededor del año 389.
Al momento de su muerte, había destruido un imperio, aterrorizado a otro, establecido una patria para su gente, inmortalizado su nombre en la historia, y hecho algo que ni siquiera Aníbal pudo hacer: tomar Roma en nombre de Cartago.
Este guerrero imparable es el Rey Gaiserico de los Vándalos, quien gobernó a su pueblo desde 428 hasta 477.
Gaiserico era el hijo del Rey Godigiselo de la rama Hasdingi de los Vándalos, nacido de una de las concubinas o esclavas de Godigiselo. Sin embargo, esto no era un impedimento social en la antigua sociedad germánica como lo era en otras culturas.
Genserico. era un hombre de estatura mediana y cojo como consecuencia de una caída de su caballo. Era un hombre de pensamientos profundos y pocas palabras, que despreciaba el lujo, furioso en su ira, codicioso de ganancias, astuto para ganarse a los bárbaros y hábil en sembrar las semillas del conflicto..
Según todos los relatos, era un genio militar y un hombre que más tarde dirigió sus energías hacia el poder naval debido al handicap de su cojera. Incluso antes de convertirse en Rey de los Vándalos, había creado una formidable flota de galeras de guerra.
Pero antes de hablar de Geiserico vamos a ver cuál era la situación de los vándalos en Europa a principios del siglo V
Los vándalos, inicialmente venían posiblemente de Escandinavia, y durante muchos años estuvieron situados al parecer en la zona de la actual Polonia y después en la zona de la actual Hungría. La migración fue constante como vamos a ver en el caso de los vándalos. Según algunas teorías el nombre "vándalo" puede tener raíces en las lenguas germánicas antiguas. Una teoría es que su nombre podría estar relacionado con la palabra germánica "wand," que significa "errante" o "nómada," reflejando su estilo de vida migratorio.
Pero sobre el año 370 se produjo un suceso que cambiaría Europa la llegada de los hunos.
Los hunos eran un grupo de pueblos nómadas de Asia Central que se volvieron prominentes en Europa en el siglo IV y V. Liderados por figuras notables como Atila, los hunos influyeron significativamente en la caída del Imperio Romano de Occidente. Eran conocidos por su habilidad en la guerra, especialmente como jinetes, y por su estilo de vida nómada, que les permitía moverse rápidamente y lanzar ataques sorpresa.
El movimiento de los hunos hacia Europa se produjo hacia el año 370, cuando consiguieron asentarse a las orillas del Danubio. Produjo una gran desestabilización de los pueblos bárbaros asentados en Europa Central y Oriental.
Sobre el año 375 los hunos derrotaron a los ostrogodos, generando el pánico entre todos los pueblos germánicos, dado que los ostrogodos eran de los pueblos germánicos más poderosos. Eso motivo un movimiento de huida de pueblos germánicos hacia el oeste.
Al llegar los vándalos cerca del Rhin se enfrentaron con los francos, que les derrotaron causándoles más de 20000 muertes, entre ellas la del Rey Godigiselo, padre de Gaiserico. Pero después con ayuda de los alanos, derrotaron a los francos y en diciembre del año 406 varios pueblos, incluidos vándalos, alanos y suevos, atravesaron el Rin.
Realizar una campaña en pleno invierno no era habitual y posiblemente indica que los vándalos estaban desesperados y hambrientos. Se ha pensado que, considerando la época del año, posiblemente el Rin estaba congelado, lo que habría facilitado el cruce, aunque eso no es seguro.
Otra cosa que facilitó el cruce es que muchas guarniciones en la frontera del Rin se habían retirado en 401 para enfrentar la invasión visigoda de Alarico I en Italia.
Ante la llegada de los hunos, los visigodos habían solicitado instalarse en Moesia dentro de las fronteras del imperio romano. El emperador Valente se lo había concedido, considerando que sería conveniente para proteger el imperio de un ataque de los hunos. Pero el trato dado a los visigodos no fue bueno y en el año 401 los visigodos encabezados por Alarico habían hecho una incursión por Italia, así que los romanos habían tenido que retirar tropas de la frontera del Rin para defender Roma..
El cruce del Rin es un momento esencial en la historia del imperio romano:
Marcó la ruptura del limes germanicus, la frontera fortificada del Imperio Romano en Germania. Esta frontera había sido una línea de defensa crucial durante siglos.
Los invasores no solo cruzaron el Rin para saquear, sino también para asentarse en nuevas tierras. Esto condujo a un cambio demográfico significativo que alteró la estructura social y política del Imperio.
La incapacidad de Roma para defender sus fronteras y mantener el control sobre sus territorios fue un preludio a su colapso.
Al cruzar el Rin invadieron la Galia y la devastaron salvajemente avanzando hacia el oeste y hacia el sur hacia Aquitania a las ordenes de Gunderico, hijo de Godigiselo y por tanto hermano de padre de Genserico.
Alarico I, el rey visigodo, volvió a Italia en el 408 cuando realizó una invasión significativa que culminó con el saqueo de Roma en el año 410. Este evento es especialmente recordado porque fue la primera vez en casi 800 años que Roma fue saqueada por un ejército extranjero.
Después de haber arrasado la Galia, sobre septiembre del año 409 los suevos y vándalos, junto con los alanos, se establecieron en la península ibérica (Hispania). Los suevos se asentaron principalmente en la provincia de Gallaecia (actual Galicia y norte de Portugal), mientras que los vándalos se repartieron entre las provincias de Bética (Andalucía) y la Cartaginense. Orosio escribe que «han sido invadidas las Hispanias; se han sufrido matanzas y rapiñas»
Pero tampoco en Hispania iban a estar tranquilos. Los romanos encargaron a sus aliados visigodos limpiar Hispania de vándalos y suevos. Y lo hicieron. En el año 417 derrotaron a una de las dos ramas principales de los vándalos, los silingi. En el año 418 derrotaron a los alanos y mataron a su rey. Los restos de los vándalos silingi y de los alanos se unieron entonces a los vándalos hasdingi, a los que pertenecía Genserico. Por eso ya desde entonces el rey de los vándalos lo era también de los alanos.
Al año siguiente 419, los visigodos derrotaron también a los vándalos hasdingi y estos se retiraron a la Betica.
¿Conseguirían los visigodos acabar con los vándalos? A pesar del dominio visigodo, los vándalos no habían dicho la última palabra, y en el año 422 Gunderico venció a una coalición de romanos, visigodos y suevos en la batalla de Tarraco.
Los años siguientes fueron años de dominio total del Mediterráneo por los vándalos. Tomaron Cartago Nova, la actual Cartagena, las islas Baleares y saquearon Sevilla, no solo una sino dos veces.
En 428, Gunderico capturó Sevilla por segunda vez, pero murió mientras asediaba la iglesia de la ciudad. Fue sucedido por su medio hermano que es precisamente nuestro protagonista Gaiserico , que tenía 39 años en ese momento.
Sin embargo no todo era rapiña. David Álvarez Jiménez comenta: «Una vez que los bárbaros ya habían conseguido un asentamiento relativamente estable, se pudieron dedicar a una vida de una índole más pacífica, tal y como debían haber ansiado desde que dejaron sus hogares en el Barbaricum. Aunque no se puede negar el fortísimo componente militarista de estos grupos, los hispanorromanos, después de sufrir una primera fase difícil a consecuencia de la penetración bárbara en la península, encontraron un respiro a través de la firma de diversos acuerdos de hospitalidad [hospitalitas] con los recién llegados»
Gaiserico es consciente de que tiene un problema. A pesar de que había controlado a visigodos y romanos, los vándalos no tenían la fuerza suficiente para conquistar y mantener Hispania en su totalidad. Gaiserico se dió cuenta de que su pueblo tenía que dejar España y establecer un reino vándalo en otro lugar.
Pero ¿dónde?
En ese momento el azar le ayudó.
La situación en Roma se había complicado despues de la muerte del emperador Honorio en 423. Juan fue proclamado por emperador occidental por los altos funcionarios civiles. Pero Bonifacio, desde África, rechazó reconocerlo y evitó que el grano africano llegara a Italia. Después de una guerra civil, Juan fue derrocado y Valentiniano III, sobrino de Honorio, fue hecho emperador occidental con la ayuda de Bizancio.
Pero a pesar de haberlo apoyado, Gala Placidia, madre del emperador, condenó a Bonifacio por traición contra el emperador. Temeroso por la probable ejecución, Bonifacio pidió la ayuda de mercenarios vándalos.
Y Genserico decidió que era su oportunidad, tenía una ventaja para ello: ya antes de ser rey, siendo el segundo de los vándalos, había creado una poderosa flota.
Pero cuando se embarcaba hacia África , tuvo que enfrentarse a un ataque de los suevos. Genserico consiguió derrotarlos en la batalla de Mérida en el año 428
El hispanorromano Hidacio relató así lo acontecido:37
El rey Genserico, dejando las Hispanias, se embarca en el mes de mayo en la costa de la provincia de la Bética con todos los vándalos y sus familias y pasa a la Mauritania y al África; mas advertido, antes de haber llegado allá, de que el suevo Heremigario asolaba a su paso las provincias vecinas, vuélvese con algunos de los suyos; le da alcance en la Lusitania, y no lejos de Mérida le acomete, matando a muchos de los que acaudillaba. Heremigario, que había despreciado a aquella ciudad con ofensa a la santa mártir Eulalia, no quedándolee, a su juicio, otro recurso que la fuga, huye más veloz que el Euro, y perece precipitado por el brazo divino en el río Guadiana. Muerto de este modo, Genserico emprende la navegación.Con unos 80000 bárbaros vándalos, alanos y de otros pueblos cruzó el estrecho desde Tarifa hasta Ceuta.
Pero al llegar se encontraron que su suerte había cambiado.
Bonifacio había recuperado el favor de Placidia, quien le había concedido el título de patricio. Bonifacio Informó a los vándalos que sus servicios ya no eran necesarios, pero Genserico sabía que no había vuelta atrás. En vez de volver a Hispania, se rebelaron y se apoderaron de África.
Las tropas romanas fueron vencidas y el propio Bonifacio se vio obligado a refugiarse tras las murallas de Hippo Regius (Hipona). La ciudad logró resistir catorce meses pero al final terminó por caer en las manos de Genserico. Después del sitio, durante el cual muere precisamente Agustín (28 de agosto del 430), la ciudad fue abandonada por sus habitantes, aunque según los indicios arqueológicos, parece que no fue devastada, sino que Genserico tan sólo derribó sus murallas, las cuales después no fueron reconstruidas.
Una vez conquistada, el rey vándalo hizo de Hipona su capita y en 435 los vándalos concluyeron un tratado por el que se reconocía su dominio sobre una amplia zona del norte de África a condición del cese de las hostilidades contra los restantes territorios romanos de la diócesis de África, abonar un tributo, cesar los ataques a Cartago y enviar a su hijo Hunerico a Roma como garantía. Técnicamente, los vándalos pasaban a ser foederati del Imperio y Genserico un líder foederatus, que, en realidad, se comportaba como un rey sin dicho título.
El 19 de octubre de 439, los vándalos de Genserico tomaron Cartago . Con ello. además de conseguir un maravilloso puerto, los vándalos también se hicieron con la flota estacionada en ella, una de las más importantes del Mediterráneo romano, y los medios necesarios para construir más flota.
En los años siguientes a la llegada vándala a Cartago, estos atacaron las Baleares, Córcega – tomando la isla y aprovechando sus abundantes bosques para construir aún más embarcaciones -, Cerdeña e incluso la Península Italiana. Todo ello prácticamente sin oposición.
Roma, privada de una de las mayores zonas de producción cerealística del viejo mundo, habrá de comprar en lo sucesivo el grano del norte de África para su propio aprovisionamiento.
El intento de enviar una flota en el 441 por parte del emperador oriental, Teodosio II, fracasó, y los vándalos se apoderaron del resto del África septentrional hasta Tripolitania. La intención de Genserico era invadir Italia, e incluso llegó a desembarcar en Sicilia en el año 440.
Pero Valentiniano III le ofreció un nuevo foedus en el 442, según el cual reconocía a los vándalos su dominio sobre una parte importante de África: la Proconsular, Byzacena, Zeugitania y una parte de Tripolitania y de Numidia (el Imperio conservaría, en teoría, las tres Mauritanias, el oeste de Numidia y el este de Tripolitania). Con ello, Genserico había logrado crear el primer estado bárbaro independiente sobre suelo romano, exceptuando quizás el ambiguo caso de los suevos de Gallaecia.
Pero Genserico no tenía bastante y su ansía de seguir avanzando la va a satisfacer aprovechando una circunstancia imprevista.
En 455, el emperador romano Valentiniano III fue asesinado, sucediéndole Petronio Máximo. Genserico, considerando roto el tratado de paz firmado con Valentiniano en 442, desembarcó en Italia y marchó sobre Roma, cuya población se rebeló contra el nuevo emperador y le dio muerte. Tres días después —el 22 de abril de 455— los vándalos tomaron sin resistencia la ciudad.
El papa León Magno no logró impedir que los vándalos de Genserico, al llegar a las puertas de Roma, invadieran la ciudad indefensa, que fue saqueada durante dos semanas. Sin embargo, el gesto del Papa que, inerme y rodeado de su clero, salió al paso del invasor para pedirle que se detuviera, impidió al menos que Roma fuera incendiada y logró que no fueran saqueadas las basílicas de San Pedro, de San Pablo y de San Juan, en las que se refugió parte de la población aterrorizada.
Si bien los vándalos hicieron acopio de gran cantidad de oro, plata y objetos de valor, el saqueo no dañó la ciudad en gran medida. Genserico llevó consigo a Cartago como rehén a Licinia Eudoxia, viuda de Valentiniano, y a sus dos hijas, Placidia y Eudoxia; esta última contraería matrimonio con su hijo y sucesor, Hunerico.
En 461, el emperador romano occidental Mayoriano reunió en la ciudad de Carthago Nova una flota de 45 barcos con la intención de invadir y recuperar para el Imperio romano el reino vándalo, ya que su pérdida significaba el corte del flujo del cereal a Italia. La batalla de Cartagena se saldó con una gran derrota de la armada romana, que fue totalmente destruida.
Pero la amenaza romana no había terminado.
En 468, el reino de Genserico hubo de enfrentarse al último esfuerzo militar conjunto de las dos mitades del Imperio romano.
El historiador del siglo v Candido Isaurio informa que el emperador León I gasto una enorme suma en los preparativos que alcanzó las 64 000 libras de oro y 700 000 de plata. Se constituyó un ejército formado por 1 100 navíos y más de 100 000 soldados.
En el verano del 468 la flota dirigida por el general Basilisco desembarco en las proximidades del Cabo Bon. El rey de los vándalos, Genserico, alarmado por los acontecimientos, solicitó una tregua de cinco días y manifestó a Basilisco que estaba dispuesto a aceptar la rendición. Basilisco recibió a la delegación vándala que le llevó valiosos obsequios y aceptó la tregua, cometiendo de esta forma un grave error, pues dio tiempo a su enemigo a organizarse, además cuando volvió derrotado a Constatinopla fue acusado de traicionar al imperio por un puñado de oro.4
En realidad Genserico no deseaba rendirse, únicamente pidió la tregua para poner en práctica un sorprendente ataque por sorpresa. Esperó la llegada del viento del noroeste que resultaba favorable para el plan que había ideado y zarpó con su flota de noche. Remolcaba varias barcazas llenas de material inflamable, probablemente nafta y azufre. Cuando se encontraba cerca de la flota enemiga, prendió fuego a las barcazas y las dejó a la deriva a merced del viento, para que impactaran contra los navíos de Basilisco, incendiandolos en medio de una enorme confusión. El historiador Procopio narró los hechos de la siguiente forma.
Puesto que allí había un gran número de naves, las barcazas propagaban el fuego con facilidad donde quiera que se estrellaban, y rápidamente se consumían, junto con aquellas con las que entraban en contacto. Como de este modo se extendía el fuego, la flota romana, cosa natural, se llenaba de un clamor y de un gran estrépito que rivalizaban con el ruido causado por el viento y el crépitar de las llamas, ya que los soldados y los marineros se gritaban órdenes unos a otros y apartaban con sus varas las barcazas incendiadas e incluso sus propias naves, que estaban siendo destruidas unas por las otras en completo desorden. Los vándalos también se hallaban presentes, atacando y echando a pique los navíos, y haciendo presa de aquellos soldados que intentaban escapar así como de sus armas
Basilisco perdió alrededor de 600 barcos y gran número de hombres, pero pudo escapar con los restos de su flota hacia Sicilia.
Genserico había ganado una guerra contra el poder militar de todo el Imperio Romano—en la última batalla que los romanos libraron como fuerza unida. La derrota provocó que la mitad occidental del imperio pronto tambaleara hacia su destrucción. Gaiserico se vengó de Leon enviando su flota a saquear sin piedad el comercio y los puertos romanos durante los siguientes años.
Después de la muerte de Leon, su sucesor Zenón (quien como general había repelido lo peor de las incursiones vándalas) hizo las paces con los Vándalos.En el verano del 474 firmó la paz perpetua con Constantinopla, por la Gaiserico liberó a todos los cautivos romanos que tenía y no requirió otros términos que el reconocimiento de la soberanía vándala sobre las provincias norteafricanas, Baleares, Sicilia, Córcega y Cerdeña.
Menos de dos años después, el 25 de enero del 477, murió, probablemente a unos 88 años siendo sucedido por su hijo Hunerico.
Después de su muerte, el reino vándalo declinó rápidamente, porque las tribus del norte de África temían y se sometían a Genserico, pero no a ningún otro vándalo. Siempre lo he considerado uno de los más grandes líderes militares de todos los tiempos, de cualquier país o era histórica.
En su política interna, Genserico toleró en algunos momentos el catolicismo, si bien exigió la conversión a la doctrina arriana de sus consejeros más cercanos, y procedió a numerosas confiscaciones de bienes de la Iglesia católica, que se convertiría así en una poderosa fuerza opositora a la monarquía vándala. También dio lugar a persecuciones de católicos que no aceptaban el arrianismo, como las persecuciones en el Norte de África en la que resultaron mártires en el 462 Armogastes, Arquinimo y Saturno.
Debilitó en forma sangrienta a la nobleza tradicional vándalo-alana, sustituyéndola por una corte adicta a su propia familia, y aligeró la presión fiscal sobre la población a costa de las familias ricas de origen romano y del clero católico.
Los vándalos gobernarían la diócesis hasta que Belisario la recobrase en 534 para el Imperio bizantino.
Entonces por qué los vándalos tienen tan mal nombre. Muchas tribus bárbaras generaron destrucción, incluso Roma había sido saqueada por Alarico en el año 410 DC. Sin embargo el rastro del saqueo de Roma por los vándalos fue más significativo por varias razones:
Grado de Destrucción: A pesar de que ambos saqueos causaron daños considerables, el de los vándalos se percibe como más destructivo. Los vándalos eran conocidos por su brutalidad y la palabra "vandalismo" deriva de sus acciones, indicando destrucción deliberada de propiedad.
Percepción Histórica: El saqueo de 455 d.C. simbolizó un punto de no retorno para el Imperio Romano de Occidente, marcando claramente su declive. La caída de Roma a manos de los vándalos tuvo un gran impacto psicológico y simbólico, destrozando la percepción de su invencibilidad.
Contexto Político: En el saqueo de Alarico, el Imperio Romano aún tenía esperanzas de recuperación y reorganización. Para 455 d.C., sin embargo, el imperio estaba mucho más debilitado y la caída a manos de los vándalos mostró que Roma ya no era capaz de defenderse adecuadamente.
Consecuencias a Largo Plazo: El saqueo por los vándalos tuvo consecuencias duraderas no solo en Italia sino también en otras partes del imperio, como España. El legado vándalo se extendió y afectó la configuración política y cultural de regiones enteras.
Narrativas Históricas: Los historiadores antiguos y medievales, como Procopio y Jordanes, documentaron el saqueo de los vándalos en mayor detalle y con un tono más dramático, lo que contribuyó a que este evento se mantuviera más vívido en la memoria histórica.