Introducción
El 10 de abril de 1815, en la isla indonesia de Sumbawa, el volcán Tambora hizo explosión. La cima “voló”, se abrió una caldera de 7 km de ancho y la columna eruptiva alcanzó 40 km de altura, entrando en la estratósfera. La devastación local fue inmediata; el eco global se sintió durante años.
La magnitud del estallido
Según el relato del vídeo, Tambora expulsó ~150 km³ de material (ceniza, piedra pómez y gases). El estruendo se oyó hasta a 2.000 km, y la oscuridad cubrió durante días un radio de ~100 km. Las víctimas directas rondaron las 10.000 personas; sumando hambrunas y epidemias, la cifra asciende a ~70.000.
Del volcán al “año sin verano” (1816)
La inyección de aerosoles sulfatados a la estratósfera redujo temporalmente la radiación solar y provocó un enfriamiento global. En 1816, el “año sin verano”, hubo heladas en junio y julio en Europa y Norteamérica. Las cosechas fracasaron, subieron los precios del grano y se desencadenaron migraciones y conflictos.
Un telón político agitado: Viena y Waterloo
Todo ocurrió en una coyuntura crítica. El Congreso de Viena sesionó del 1 de noviembre de 1814 al 9 de junio de 1815, buscando restaurar el orden previo a Napoleón. Pocos días después, el 18 de junio de 1815, llegaría Waterloo. En ese marco, las escaseces alimentarias facilitaron revueltas en países como Francia, Alemania o Suiza.
Ecos culturales y tecnológicos
- Paisaje y luz: el pintor inglés J. M. W. Turner es célebre por sus atmósferas y crepúsculos. Algunos autores relacionan esas luces intensas con los cielos cargados de aerosoles tras Tambora.
- Movilidad: con el grano (y el forraje) más caro, mantener caballos se encareció. En 1817, Karl Drais presentó la Laufmaschine o “máquina de correr”, precursora de la bicicleta.
- Villa Diodati (1816): el verano frío en Suiza reunió a Mary Shelley y Lord Byron. Shelley concibió Frankenstein; Byron impulsó historias de vampiros. El ambiente oscuro y la meteorología extraña pesaron en la imaginación literaria.
Migraciones en Norteamérica
Los veranos fríos y inviernos duros en el noreste de Estados Unidos empujaron a muchas personas a migrar hacia el Medio Oeste, acelerando procesos de colonización que de otro modo habrían sido más graduales.
Cierre: cuando la geología reescribe la historia
Tambora muestra cómo un evento natural puede desencadenar cadenas sociales, económicas y culturales a escala global. Entender estos vínculos —volcán, clima, política, arte, tecnología— ayuda a leer la historia con una mirada conectada.