El Tratado de Tordesillas de 1494 fue un acuerdo entre los monarcas de España y Portugal para dividir el mundo en dos partes.
Para ello se trazó una línea imaginaria que descendía por el centro del Océano Atlántico, dejando América para España y África occidental y todo lo que estaba más allá del Cabo de Buena Esperanza para Portugal.
Sin embargo, este acuerdo fue puesto a prueba cuando los españoles encontraron una ruta marítima hacia Asia a través del Océano Pacífico, conquistaron a los aztecas e incas, y cuando Portugal navegó hasta el Océano Índico y más allá, y estableció asentamientos en Brasil. Con esta expansión colonial, ambos reinos compitieron por territorios y pueblos desconocidos en esos dos pequeños países europeos.
El tratado de Tordesillas cambió el mundo, determinando la influencia española y portuguesa en diferentes lugares.
Pero comencemos viendo cómo la expansión de Portugal y España llevó al Tratado de Tordesillas.
Los portugueses comenzaron colonizando los archipiélagos deshabitados del Atlántico Norte, como Madeira en 1420, las Azores en 1439 y Cabo Verde en 1462. Cuando los portugueses lograron ir más allá del peligroso Cabo Bojador en 1434, como vimos en el vídeo de la colonización de África, pudieron acceder al comercio y los recursos de África occidental sin tener que tratar con los mercaderes musulmanes del norte de África.
El rey Juan II de Portugal impulsó este proceso y colonizó Santo Tomé y Príncipe en 1486.
Sin embargo, las Islas Canarias, otro archipiélago deshabitado, eran codiciadas por España y Portugal, intensificando la competencia colonial.
El príncipe Enrique el Navegante había organizado expediciones portuguesas para explorar y desarrollar las islas del Atlántico Norte, pero sus ambiciones sobre las Canarias fueron frustradas repetidamente. España y Portugal estuvieron en guerra entre 1474 y 1479, con una breve ocupación de Santiago, en Cabo Verde, por parte de los españoles. La guerra terminó con el Tratado de Alcazobas-Toledo (1479-80), un acuerdo que registró los primeros intentos de establecer qué áreas geográficas pertenecerían a los españoles y cuáles a los portugueses.
Se reconocieron las aspiraciones españolas sobre las Canarias y las portuguesas sobre Madeira, las Azores, Cabo Verde y todo el comercio en África occidental.
La línea utilizada por España y Portugal para dividir el mundo era aproximada y totalmente imaginaria, ya que los cartógrafos no tenían forma de medir la longitud. En los últimos años del siglo XV, el mundo se hizo mucho más grande para los europeos.
El navegante portugués Bartolomé Díaz navegó hacia el sur por la costa de África occidental y dobló por primera vez el Cabo de Buena Esperanza en 1488.
En 1492, Cristóbal Colón "descubrió" el continente americano mientras buscaba una ruta marítima hacia Asia. Los reyes de España reclamaron esta nueva tierra y bloquearon cualquier posible competencia de otros europeos.
El papa Alejandro VI emitió una bula papal en 1493, conocida como la Bula Inter Caetera. En esta bula, el Papa estableció la división del mundo entre España y Portugal.
La Bula Inter Caetera establecía que todas las tierras descubiertas y por descubrir al oeste de una línea imaginaria trazada a 100 leguas al oeste de las Islas Azores y Cabo Verde pertenecían a España, mientras que las tierras al este de esa línea pertenecían a Portugal.
Además, la bula también otorgaba a los reyes de España y Portugal el derecho exclusivo de evangelizar a los habitantes de estas tierras y convertirlos al cristianismo.
El Papa Alejandro VI, cuyo nombre de nacimiento era Rodrigo de Borja y también conocido como Alejandro Borgia, fue el líder de la Iglesia Católica desde 1492 hasta su muerte en 1503. Nació en 1431 en la ciudad de Xàtiva, en la Corona de Aragón (hoy en día España).
Alejandro VI es conocido por su controvertido pontificado, marcado por la corrupción y el nepotismo.
El Tratado de Tordesillas se firmó el 7 de junio de 1494. Se mantuvo la decisión del papa Alejandro, aunque la línea de demarcación se movió ligeramente hacia el oeste. Esta línea imaginaria bajaba por el centro del Océano Atlántico, equidistante entre las islas de Cabo Verde y las Indias Occidentales. Sin embargo, la línea no tenía en cuenta las líneas costeras, lagos, montañas ni las poblaciones locales ni sus fronteras tribales o políticas.
A pesar de su vaguedad, el tratado estableció las esferas de influencia aproximadas. También permitió a los barcos de cada país navegar por aguas jurisdiccionales del otro siempre que su intención fuera acceder a tierras bajo su control.
Vasco da Gama llegó a la India en mayo de 1498. Fue el primer navegante europeo en establecer una ruta marítima directa desde Europa hasta la India, navegando alrededor del continente africano. Su llegada a Calicut (actualmente Kozhikode, en la costa suroeste de la India) abrió una nueva era de comercio entre Europa y Asia, y sentó las bases para el establecimiento del imperio colonial portugués en la región.
De hecho, el navegante portugués Francisco Serrão llegó a las Molucas en 1512.Estas islas, ubicadas en el archipiélago de Indonesia, eran famosas por ser el principal centro de producción de especias en ese momento, especialmente clavo y nuez moscada.
Fernando de Magallanes, el navegante portugués al servicio de España, llegó a las Islas de las Especias, también conocidas como las Islas Molucas, en noviembre de 1521.
Magallanes y su flota llegaron a la isla de Tidore, una de las Islas Molucas. Allí estableció relaciones comerciales y politicas con los gobernantes locales, asegurando el control español sobre estas islas ricas en especias. Sin embargo, Magallanes no pudo disfrutar del éxito de su descubrimiento por mucho tiempo, ya que murió durante un conflicto con los habitantes locales en una isla vecina en abril de 1521. Sus hombres continuaron el viaje y finalmente completaron la primera circunnavegación del globo bajo el mando de Juan Sebastián Elcano.
Con ello se planteó un nuevo problema. ¿Cómo se haría la partición entre España y Portugal en el Pacífico?
Para ello se realizó el Tratado de Zaragoza.
El Tratado de Zaragoza, firmado en 1529, fue un acuerdo entre España (representada por el emperador Carlos V) y Portugal (representada por el rey Juan III) para resolver las disputas territoriales en el océano Pacífico y el sudeste asiático.
En este tratado, se estableció una nueva línea de demarcación que dividía las áreas de influencia de España y Portugal en el Pacífico. La línea trazada se encontraba a 297,5 leguas al este de las Islas Molucas y se extendía desde el Polo Norte hasta el Polo Sur. Todo lo que se encontrara al oeste de esta línea pertenecería a España, mientras que lo que se encontrara al este sería para Portugal.
Era fundamental para Portugal el reconocimiento de su derecho sobre las islas Molucas. A cambio de ese reconocimiento se acordó una compensación de 350,000 ducados de oro, que Portugal se comprometió a pagar a España en un plazo de diez años. Esta suma representaba una forma de compensación por la renuncia de España al control de las Islas Molucas y su reconocimiento del dominio portugués sobre esta región rica en especias.
Además, se acordó que las Filipinas, descubiertas por el navegante español Fernando de Magallanes, quedarían bajo la soberanía de España. Portugal reconoció la reclamación española sobre estas islas.
A lo largo del siglo XVII, la rivalidad entre Portugal y España se vio desafiada por otros estados europeos, como Holanda, Inglaterra y Francia, que también buscaban expandir sus imperios coloniales. Estos países atacaron y desestabilizaron el equilibrio portugués-español en todas partes del mundo, lo que hizo que el Tratado de Tordesillas perdiera su relevancia.
Un ejemplo es lo que ocurrió en las islas Molucas.Portugal perdió el control de las Islas de las Especias, principalmente las Molucas, en el siglo XVII ante los neerlandeses. La llegada de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (VOC) generó una presión militar y económica muy grande. La captura estratégica de la fortaleza portuguesa en Ambon en 1605 fue un punto de inflexión clave que permitió a los neerlandeses establecer su predominio en la región. A lo largo de los años siguientes, los neerlandeses consolidaron su control sobre las islas productoras de especias, pero fue en 1667 cuando los neerlandeses aseguraron el control total de la isla de Run, la última de las Islas Banda (parte del archipiélago de las Molucas y una importante fuente de nuez moscada), mediante el Tratado de Breda. Este tratado puso fin a la Segunda Guerra Anglo-Neerlandesa y se pactó un intercambio por el cual los ingleses obtenían la colonia de Nueva Ámsterdam en América del Norte, que más tarde sería conocida como Nueva York. Con el control de Run, los neerlandeses dominaron el comercio de las especias muy codiciadas en Europa.
Inglaterra no dejó de hostigar a España. Inglaterra y Francia utilizaron corsarios para atacar galeones cargados de riquezas que navegaban desde América hacia España. Sir Francis Drake es un ejemplo famoso de un corsario inglés que saqueó posesiones españolas.
Piratería: Además de los corsarios patrocinados por el estado, los piratas operaban independientemente atacando barcos y asentamientos coloniales.
Ya en 1585-1586: Sir Francis Drake llevó a cabo una expedición que atacó y saqueó ciudades españolas como Santo Domingo en La Española (actual República Dominicana), Cartagena de Indias (actual Colombia) y San Agustín en Florida.
En 1568 una expedición liderada por el corsario francés Jacques de Sores atacó Santo Domingo.
Eso se repetiría en numerosas ocasiones, en numerosas zonas. Y los corsarios, piratas a quienes un país les daba el título para ejercer como tales, y los piratas propiamente dichos hostigaron al Imperio español.
En el siglo XVII, los holandeses atacaron Brasil, una colonia portuguesa. En 1624-1625, capturaron brevemente Salvador, pero fue reconquistada por los portugueses. Luego, en 1630-1654, los holandeses ocuparon el noreste de Brasil, estableciendo el gobierno de Nueva Holanda. Sin embargo, fueron expulsados en 1654 después de la resistencia de los portugueses y los locales.
La época de España y Portugal ya había pasado y otros países europeos ocuparon su lugar.
Gran Bretaña, Francia y los Países Bajos además apoyaron, junto a los Estados Unidos, los movimientos independentistas de los territorios de España y Portugal en América.
La influencia de los tratados de Tordesillas y Zaragoza ha sido fundamental en la historia:
En el hecho de que la gran mayoría de América, desde México hasta Chile estuviera bajo dominio español. En que Brasil estuviera bajo dominio portugués, como muchas otras posesiones en África. Y en la influencia española en Filipinas.
El tratado de Tordesillas y otros españoles evitaron muchas guerras entre España y Portugal cuando eran los dos países dominantes.
El dominio español y portugués marcaron las fronteras actuales de numerosos países.
Además esos tratados determinaron en qué países se habla español hoy en día y en cuáles se habla portugués.
Por otro lado también la composición étnica es diferente en los países que estuvieron bajo la influencia española y en los países de influencia portuguesa.
Los españoles se centraron más en minas, más adaptadas al trabajo indígena, mientras que los portugueses se centraron más en plantaciones que favorecían más el trabajo de los esclavos negros.
El trato a los indígenas fue diferente en España y en Portugal.
El trato a los pueblos indígenas durante los periodos de colonización por parte de España y Portugal fue complejo y variado, Ambos imperios tuvieron normas que trataban de favorecer a los indígenas pero que no siempre se aplicaron.
En todo caso lo que resulta innegable es la diferencia en la subsistencia de la población indígena en el territorio americano dominado por Portugal y el dominado por España.
Actualmente en Brasil viven alrededor de 305 pueblos indígenas que suman un total de unas 900.000 personas, lo que equivale al 0,4% de la población brasileña.
En cuanto a los países de la zona dominada por España los porcentajes van desde el 43,70% de Guatemala, al 1,70% de Paraguay, estando en todos los casos por encima del caso de Brasil.
Obviamente esto no impide reconocer que hubo tanto en el territorio español como en el portugués abusos y crímenes contra la población indígena.